Esta semana se celebra la semana mundial de la lactancia materna (1). La OMS (Organización Mundial de la Salud) la recomienda durante los dos primeros años del bebé, y de manera exclusiva durante los primeros seis meses. A pesar de ello, a nivel mundial sólo el 40% de los bebés la reciben de forma exclusiva durante este tiempo. Con todos los nutrientes y anticuerpos que un bebé necesita, le proporciona un adecuado crecimiento y desarrollo. Y a largo plazo, los beneficios en adolescentes y adultos se constatan en menos tendencia a sufrir sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2. A la vez que se ha relacionado también con mejores pruebas de inteligencia. En las madres reduce el riesgo de cáncer de ovario, mama y diabetes tipo 2 (2).
Con la lactancia materna no sólo se ha demostrado su efecto en la salud física y nutricional de los bebés, sino también, con efectos psicológicos tanto en los bebés como en sus madres. En los bebés, en cuanto al desarrollo de las habilidades cognitivas, socio-emocional, y en sus madres, en cuanto a la disminución del estrés, la ansiedad y la depresión postparto.
Éstos beneficios psicológicos (3) que se dan en los bebés, podrían explicarse por un lado, por la relación adecuada de ácidos grasos poliinsaturados, que conllevan a un adecuado desarrollo del volumen cerebral, y de hormonas como la Oxitocina, que hace que los bebés presenten más atención a las expresiones emocionales positivas, y se reduzca la probabilidad del desarrollo de comportamientos antisociales. En las madres, los beneficios pueden ser debido a la excreción de Oxitocina, que a su vez mejora la sensibilidad y cuidado maternos.
El vínculo que se crea, a través del tacto y el calor en la lactancia, es lo que también explicaría el porque del buen desarrollo de los bebés, que hacen que se sientan en un entorno de protección y crezcan sintiéndosen seguros y amados.
Tu bebé merece lo mejor desde el principio!